lunes, 7 de julio de 2008

La junta directiva del FC Barcelona, presidida por Joan Laporta, gana la moción de censura por poco margen, pero pierde crédito entre los socios culés

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La junta directiva del FC Barcelona, presidida por Joan Laporta, podrá finalizar su mandato electoral y llevar las riendas del club hasta el 30 de junio de 2010. A la luz de los estatutos de la entidad azulgrana, la moción de censura impulsada por los socios Oriol Giralt y Christian Castellví no ha alcanzado el 66,6% de los votos necesarios y por lo tanto no ha prosperado.

La gran diferencia entre esta moción de censura con la celebrada el 7 de marzo de 1998 -la que L’Elefant Blau le puso a Josep Lluis Núñez-, es que con el número de votos emitidos ayer a favor de la petición de Oriol Giralt, la plataforma opositora encabezada hace diez años por Joan Laporta hubiera derrotado al entonces presidente barcelonista. Fue precisamente Núñez quien, después de ese proceso, cambió los estatutos para que una moción de censura sólo saliera adelante si el impulsor de la misma obtenía los dos tercios de los votos de la masa social del FC Barcelona. Puede decirse, por lo tanto, que, sin querer, Núñez le hizo un gran favor a Laporta.

Más allá del resultado final del sufragio, sobre el que cada cual hará las valoraciones pertinentes, el gran ganador de la jornada fue el socio barcelonista que, una vez más, dio un ejemplo de comportamiento y de talante democrático acudiendo en un elevado número a votar. Teniendo en cuenta el macromundo de la masa social azulgrana, que estamos en el mes de julio y que no hubiera partido de fútbol en medio, puede afirmarse categóricamente que fue un éxito rotundo.

En 1998, jugándose un Barça-Real Madrid, acudieron a votar al Camp Nou 40.412 socios, el 44,02% de los mismos, teniendo en cuenta, eso sí, que hace diez años podían votar 105.066 personas. Este año, a diferencia de aquella moción de censura, las mesas electorales han estado abiertas dos horas más, circunstancia que también ha ayudado a la alta participación.

Todas las previsiones realizadas días atrás en este sentido fallaron. Tanto los miembros de la junta directiva del FC Barcelona, así como por parte de Oriol Giralt, también del grupo de Sandro Rosell, y la casi totalidad de medios de comunicación, barajábamos una participación entre los 25.000 y 30.000 socios.

La jornada electoral comenzó con uno pequeño contratiempo ya que de los 120 presidentes de mesa, 13 de ellos no se presentaron y fue necesario encontrar a otras personas -empleados del club- que cumplieran con esa función. De todas las personas implicadas en este proceso, el más madrugador fue Josep María Bartomeu, mano derecha de Sandro Rosell, que a las nueve de la mañana ya estaba haciendo cola para ejercer su derecho. Tenía que llevar a uno de sus hijos de colonias fuera de Catalunya y no podía salir muy tarde de Barcelona.

Sin duda uno de los momentos álgidos de la mañana fue la entrada conjunta en el Estadi de Joan Laporta y Johan Cruyff. Despertaron una expectación e incluso un pequeño grupo de socios les increparon. Laporta, también acompañado por su hermano, habló muy poco con los medios, pero hizo una declaración con doble intención al ser preguntado si había visto a quien le había puesto en esa situación, Oriol Giralt: “No lo he visto; no sé si ha venido en tándem”, en una clarísima alusión a Sandro Rosell, a quien ha venido acusando de estar detrás de esta moción de censura, algo que el acusado ha negado categóricamente.

También la presencia de Josep Lluis Núñez, ex presidente del FC Barcelona, motivó la máxima expectación de los medios de comunicación. Hacía ocho años que Núñez no se detenía ante unos micrófonos y lo hizo, como era de esperar, para cargar contra la actual junta directiva y su presidente.

Doce horas después de abrirse las puertas del Camp Nou, éstas se cerraron para iniciar el recuento de los votos. El momento más esperado de toda la jornada. El momento de la verdad. Aunque parezca mentira, para recontar poco menos de 40.000 votos se tardaron más de tres horas. No fue hasta pasadas las doce de la noche, es decir, ya entrados en el lunes 7 de julio, cuando se conocieron los datos oficiales: 23.870 socios (el 60,6%) votaron a favor de la moción, apostaron por el cese de Joan Laporta. Por contra, 14.871 socios del FC Barcelona (el 37,75%) creyeron que Laporta merece continuar y acabar su mandato. Hubo 540 votos en blanco y 108 nulos. Al promotor de la censura le hubieran hecho falta 2.397 votos más para salir airoso... siempre y cuando nadie más hubiera votado en su contra.

La lectura imparcial de estos resultados arrojan una verdad irrefutable: Joan Laporta y su junta directiva se han librado por los pelos. A la iniciativa de Oriol Giralt le bastaron solamente seis puntos para llegar al 66,6% de los votos que hubieran provocado que el FC Barcelona viviera un nueva periodo electoral. De momento, si no lo impide otra moción, las urnas volverán a abrirse en la primera-verano de 2010.

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