miércoles, 30 de junio de 2010

Los graves errores arbitrales en el Mundial de Sudáfrica de Fútbol, bajo la dirección de la FIFA, demuestran la necesidad de la aplicación de las tecnologías en el fútbol profesional

http://www.elmundo.es/mundial/2010/2010/06/27/fasefinal/1277670026.html
http://www.marca.com/2010/06/29/futbol/mundial_2010/1277801706.html
http://www.marca.com/2010/06/29/futbol/mundial_2010/1277823072.html



Joseph Blatter, presidente de la FIFA, tiene sus razones, pero que se las expliquen a ingleses y mexicanos. El máximo dirigente del organismo que rige los destinos del fútbol se escuda en la necesaria universalidad del deporte rey y en el elevado costo de las nuevas tecnologías para mantener 'a oscuras' un negocio que mueve miles de millones de euros alrededor del mundo.


Blatter dixit: "La implementación de modernas tecnologías puede ser muy costosa, y por ello no se puede usar en todo el mundo. Muchos partidos, incluso los de más altas categorías, ni siquiera pueden ser televisados. Se disputaron cerca de 900 partidos de clasificación para el Mundial, y las mismas reglas necesitan aplicarse a todos los partidos de la misma competición".


"El fútbol es un juego dinámico que no puede ser detenido a fin de revisar cada decisión. Si se tuviera que detenerlo para tomar una decisión, esto interrumpiría el ritmo del partido y posiblemente malograría la oportunidad de un equipo de anotar un gol. Tampoco sería lógico tener que detener el juego cada dos minutos para revisar una decisión, puesto que esto iría en detrimento del dinamismo natural del juego", decía Blatter en una carta publicada el pasado mes de marzo en la que explicaba los motivos por los que la FIFA se opuso al uso de la tecnología para analizar jugadas dudosas.


Según Blatter, "uno de los principales objetivos de la FIFA es proteger la universalidad del juego del fútbol. Esto significa que el juego debe disputarse de la misma manera en todo el mundo. Si se entrena a un grupo de jóvenes en un pueblo pequeño de algún lugar del planeta, ellos estarán jugando con las mismas reglas que se aplican a los futbolistas profesionales que ven en televisión", señalaba en esa misiva.


Una forma de pensar muy respetable pero que no comparten las federaciones internacionales de muchos otros deportes, que hace tiempo que entendieron que el uso de la tecnología era no sólo saludable sino inevitable. Veamos unos cuantos ejemplos:


Tenis. Todo el mundo está al tanto del uso del ojo de halcón en el tenis, que genera una imagen de la trayectoria de la pelota que puede ser utilizado por los jueces de silla para tomar una decisión en jugadas dudosas. La Federación Internacional de Tenis aprobó su uso en 2005 tras la polémica generada en el Abierto de Estados Unidos del año anterior, donde se produjeron numerosos errores de los jueces de línea. Su fiabilidad es casi del cien por cien y cinco años después nadie discute su uso. Por cierto, también se usa en otros deportes como el críquet.


Atletismo. Qué sería de este deporte sin el uso de la foto finish, sobre todo en las pruebas de velocidad. La foto finish ayuda a dilucidar el vencedor de una carrera cuando el ojo humano no es capaz de hacerlo por sí solo. En los Juegos Olímpicos de 2008, sin ir más lejos, se produjo la introducción de un novedoso equipamiento de medida, con cámaras que tomaban hasta 3000 fotogramas por segundo. La foto finish se aplica también con éxito en el ciclismo y las carreras de caballo, entre otros deportes. Además, y volviendo al atletismo, los tacos usados en las pruebas de velocidad detectan si un corredor reacciona al pistoletazo de salida antes de las primeras 100 milésimas de segundos. En tal caso, es salida nula.


Baloncesto. En las grandes ligas europeas y en la NBA se ilumina el marcador cuando el tiempo de posesión se ha acabado. Además, los colegiados de la liga profesional estadounidense pueden visionar cualquier jugada repetida si lo consideran oportuno a la hora de tomar una decisión, aunque esto sólo se aplica en decisiones de carácter objetivo -no se usa, por ejemplo, para pitar una falta, zona o pasos-. En la final del 'playoff'' de la ACB y la Copa del Rey de baloncesto los colegiados pueden usar el llamado 'instant replay' para resolver jugadas conflictivas al final de cada periodo de un partido. El 'instant replay' aclara, entre otras cosas, si una jugada ha sido dentro o fuera de tiempo o si un lanzamiento es de dos o tres puntos.


Fútbol americano. Este deporte típicamente estadounidense es el pionero y el rey en el uso de las tecnologías aplicadas a las decisiones arbitrales. Los colegiados usan el ya mencionado 'instant replay' en cualquier momento del partido y siempre que lo consideran necesario, pues existen hasta 13 situaciones durante este complejo juego en las que su aplicación es conveniente. Es más, los árbitros llevan un micrófono por el que explican sus decisiones a todos los espectadores presentes en el estadio. El 'intant replay' se aplica también con éxito en los otros grandes deportes norteamericanos, es decir, el béisbol y el hockey hielo, además del hockey hierba y el rugby, entre otras disciplinas.


Esgrima. Diferentes sensores situados tantos en las armas (espada, florete o sable) como en la ropa que protege a los tiradores indican con señales luminosas si se ha producido contacto. El sistema no es infalible y el árbitro debe decidir en último lugar si el tocado es válido, sobre todo en el caso del sable y el florete.


Gimnasia rítmica. Una vez finalizado el ejercicio, y en caso de duda, los jueces pueden ver el vídeo del mismo para apreciar mejor algún posible error de la gimnasta en cuestión. El objetivo, claro está, es que las puntuaciones sean lo más justa posibles.


Éstos son sólo algunos ejemplos de deportes donde el uso de la tecnología no sólo no ha adulterado la esencia de los mismos sino que los ha mejorado reduciendo el número de acciones polémicas.


Está claro que sería muy difícil aplicar cualquier tecnología para dilucidar si una falta dentro del área es penalti o una patada es merecedora de tarjeta, pero no parece tan complicado establecer los mecanismos necesarios para que un gol como el de Lampard suba al marcador o un fuera de juego como el de Tévez no quede impune. La FIFA, como siempre, tiene la palabra.