Jaime Lissavetzky explicará dentro de pocos días, en conferencia de Prensa, las líneas maestras del Consejo Superior de Deportes en esta nueva legislatura, pero ya se pueden adelantar algunas de ellas. Además de afrontar el reto inmediato de la Eurocopa de fútbol y de los Juegos Olímpicos de Pekín, la secretaria de Estado tendrá que desarrollar las leyes estrella del anterior periodo, las conocidas popularmente como Antiviolencia y Antidopaje, y de actualizar la Ley del Deporte, que data de 1990.
En este caso se trata de poner al día el concepto del deporte profesional, porque en aquella ley sólo se considera como tal al fútbol y al baloncesto, mientras que la realidad de la España del siglo XXI ofrece una panorámica mucho más amplia. Esa modificación de la ley tendrá que lidiar, también, con la pretensión de algunas autonomías de tener equipos nacionales propios en las competiciones internacionales oficiales.
En cuanto al dopaje, es trascendental poner en marcha la Agencia Estatal Antidopaje, que será la que se ocupe de seguir llevando a efecto la política de "quien la hace la paga" y de "tolerancia cero", dos de las líneas básicas de actuación de Jaime Lissavetzky en cuanto al problema del dopaje.
Otros objetivos en esta nueva legislatura serán ampliar la base deportiva, para lo que se contará con la colaboración de comunidades autónomas y ayuntamientos, y la puesta en marcha el Plan Integral para la Promoción del Deporte y de la Actividad Física.
Preocupa mucho en el Consejo la relación entre el deporte y la salud. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los españoles y la lucha contra el sedentarismo y el sobrepeso, que amenaza especialmente a la juventud.
También se buscará un incremento de la financiación, sobre todo en la iniciativa privada.
En este caso se trata de poner al día el concepto del deporte profesional, porque en aquella ley sólo se considera como tal al fútbol y al baloncesto, mientras que la realidad de la España del siglo XXI ofrece una panorámica mucho más amplia. Esa modificación de la ley tendrá que lidiar, también, con la pretensión de algunas autonomías de tener equipos nacionales propios en las competiciones internacionales oficiales.
En cuanto al dopaje, es trascendental poner en marcha la Agencia Estatal Antidopaje, que será la que se ocupe de seguir llevando a efecto la política de "quien la hace la paga" y de "tolerancia cero", dos de las líneas básicas de actuación de Jaime Lissavetzky en cuanto al problema del dopaje.
Otros objetivos en esta nueva legislatura serán ampliar la base deportiva, para lo que se contará con la colaboración de comunidades autónomas y ayuntamientos, y la puesta en marcha el Plan Integral para la Promoción del Deporte y de la Actividad Física.
Preocupa mucho en el Consejo la relación entre el deporte y la salud. El objetivo es mejorar la calidad de vida de los españoles y la lucha contra el sedentarismo y el sobrepeso, que amenaza especialmente a la juventud.
También se buscará un incremento de la financiación, sobre todo en la iniciativa privada.
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